PARAISOS FISCALES IGUAL A
SUPERIMPERIALISMO
RELACIONES, INFLUENCIAS, DOMINIO
Podría parecer, que la
concreción de un término, no aporta gran cosa a la solución de un
problema, pero, nada más lejos que tal apreciación, porque si en la
ciencias, las característica específicas del objeto de estudio,
determinan qué comportamiento es el que se debe esperar, igual
resulta, en el ámbito de la economía política, sobre todo, cuando
el comportamiento de esta se desarrolla al amparo de los economistas,
que de una manera u de otra, están ligados a las grandes empresas y
bancos, a los organismos y gobierno, y por lo tanto, la
interpretación de las consecuencias, los efectos, que las decisiones
económicas tienen sobre la sociedad, son justificadas a la luz de
los intereses de la clase poseedora, de los mercados, de la
burguesía, de los verdaderos expropiadores, esos que extraen
el máximo provecho de la sociedad, impidiéndoles su madurez,
tratando de mantenerla en un estado de sumisa dependencia.
Cuando Lenin escribe
sobre la economía, tanto si ataca las teorías, como si reconoce los
logros intelectuales de los profesionales a los que se refiere, los
señala como economistas burgueses, para separar esas teorías o
logros intelectuales, de la interpretación interesada, de clase, de
la clase poseedora, de la interpretación de los economista
marxistas, que entonces, aún existían, mientras que hoy, las
constelaciones de economistas de diversas tendencias, ignoro, si
alguna se define como marxista, pero si alguna lo es, desde luego, en
los partidos y sindicatos, de esa amplia corriente denominada
izquierda, no están.
El debate teórico en la
izquierda fue secuestrado por los oráculos de la ortodoxia,
porque ante cualquier intento de entender, no era raro que se
etiquetara como revisionismo, antimarxismo,
antileninismo, y el resultado es que los partidos comunistas
se han convertido en reliquias venerables, pero completamente
inútiles, y a las pruebas me remito,
porque cualquier intento de debate, ha de hacerse, ahora, que es
posible, fuera del órgano del partido, como lo prueban los blogs de
dos ex secretarios generales, Anguita y Frutos, mientras que el
artículo de mundo obrero, -enlace- revela una desorientación
lastimosa, de ausencia de debate teórico interno, que es la única
manera de orientar, correctamente, la acción política.
Que los paraísos
fiscales existan, quiere decir que el grado de acuerdo entre las
burguesías es muy elevado, o más precisamente, que el grado de
acuerdo entre la burguesía estadounidense y las diferentes
burguesías nacionales europeas, permite la orientación de los
negocios, de tal modo, que estos favorezcan, decidida y
principalmente a estas burguesías, y cuando el popurrí de las
burguesías europeas, ha puesto en marcha el euro, el acuerdo ha
incomodado a la burguesía estadounidense, que ha movilizado sus
recursos (agencias de calificación), para seguir ejerciendo el
liderazgo.
Que los gobiernos
burgueses reconozcan la importancia de tener que satisfacer a la
burguesía coaligada como, los mercados, no es otra
cosa que el reconocimiento, en los hechos, de ser los
representantes de ellos, de los mercados,
y al igual que en una junta general de accionistas de una gran
empresa, donde quien tiene el paquete de control de acciones,
se oculta en las decisiones de la junta general para satisfacer su
propio beneficio, previamente asegurado, por tener el paquete de
control, y con él, la influencia y el poder de decisión, los
gobiernos, recortando y aceptando el predominio de la deuda pública,
sobre el conjunto de la sociedad, reconocen de hecho ser los
representante de los burgueses, no solo de los burgueses nacionales,
exentos, en gran medida, del deber de tributar, como, de igual modo,
de la coalición burguesa internacional, los mercados,
cuyos instrumentos, las agencias de calificación, vacían las arcas
nacionales, imponiendoles más tributos a las sociedades, a los
ciudadanos, -al tener que satisfacer primas de riesgo-
artificialmente elevadas, para empobrecer, precisamente a los
tributantes, que lo hacen, tributan, doblemente.
Los paraísos fiscales,
santuarios financieros, instrumentos del empobrecimiento y del
latrocinio de clase de la burguesa, son la concreción práctica del
superimperialismo, primero porque destacan el primordial papel
de la banca, de sus conexiones, y sobre todo de su protección
gubernamental, de la protección gubernamental a escala
internacional, segundo, porque, además, el instrumento es muy
sutil y escurridizo, aparentando una inofensividad, sencillamente,
magistral, ya que, abiertamente, su relación e interoperatividad,
está, hábilmente velada, tercero
y fundamentalmente,
porque aquí radica la distinción, la diferencia entre el
imperialismo y el superimperialismo, en que este último, abierta u
descaradamente, interviene y dicta, sin ningún tipo de pudor, la
política que han de aplicar, los gobiernos concernidos.
Cuando
en 1915, los ferrocarriles eran el instrumento de control de la
circulación de mercancía, y el control de las empresas y bancos que
tenían la posibilidad de determinar como utilizar esa herramienta,
dice Lenin, en el Imperialismo,
fase superior... para
referirse a su importancia, en 2012, el control de las
comunicaciones, en tiempo
real,
es el instrumento, que permite a los especuladores, en esencia, el
capital financiero,
esa
alianza entre el capital bancario y el capital industrial,
que travestidos de mercados, los especuladores se permiten,
intervenir, dictando que
política es la que han de imponer los gobiernos a sus respectivos
electores,
por lo que, brindando a los economistas de izquierdas, la posibilidad
de encontrar los datos, -yo no sé donde buscarlos- nos muestren las
relaciones entre las empresas que están ligadas a la telefonía
móvil y fija, a las comunicaciones, radio, televisión, y a la
prensa escrita, (por ejemplo, las empresas de R. Murdoch y el
gobierno de Cameron, o cómo Aznar, es un socio de Murdoch), las
relaciones que existen entre esas empresas y la banca, esas empresas
y los gobiernos, y no, que llamen a los ciudadanos a la
insurrección,
porque eso, puede ser, personalmente, valiente, pero políticamente,
es aventurerismo,
o nos equivoquen, diciendo que explotación
es que A, vive a costa de B, cuando explotación es que, tanto A
como B están separados de su producto,
alienados,
porque ni A ni B, pueden disponer de la mercancía creada, pero que
A´
y
B´,
los capitalistas, que se apropian de la mercancía creada por A y B,
igualmente, están alienados, aunque más cómodamente, por que
A´y
B´
están poseídos -se han dejado poseer- por la mercancía creada por A y B, pero que la
dependencia de
B´ respecto
de A´
está en función, o depende, del control del mercado, que en este
caso, ejerce
A´respecto
de B´.
Por
ejemplo, utilizando en internet, theyrule.6net,
podemos ver el enlace entre AT&T y Goldman Sachcs, a través de
un caballero, cuyo apabullante currículo, nos dice que aparte de
hablar inglés, habla holandés, francés, alemán y español, es,
titular de innumerables distinciones y por si fuera poco, partidario
del software libre, casi me siento culpable de que la conexión
muestre la relación entre AT&T y Goldman Sachs, pero puedo
asegurar y aseguro, que no lo he hecho a propósito, por lo demás,
la capacidad de influencia del caballero, aunque esta página, no
muestras las relación de las empresas con él, o los, gobiernos,
maliciosamente, yo, las supongo.
Resumiendo,
los paraísos fiscales, son la concreción del superimperialismo, y
este, se diferencia del imperialismo, por la impudicia de mostrar,
sin ningún tipo de recato, su capacidad para dictar a los gobiernos,
qué política han de aplicar a los ciudadanos.
COMO
COMBATIRLO
Decíamos,
al comienzo del apunte, que definir al objeto, caracteriza sus
propiedades y qué es lo que se puede esperar de él, y lo que se
puede esperar, no es otra cosa que la insoportable presión que los
mercados
ejercen sobre los gobiernos y que estos, a su vez, transmiten a los
ciudadanos, porque el ciclo vital del capitalismo está agotado, y
necesita de esta presión para garantizar su supervivencia.
El
desmoronamiento de la URSS fue el canto del cisne, la victoria
pírrica del capitalismo, pero este desmoronamiento está arrastrando
al capitalismo, porque al carecer del dique de contención, que
sujetaba sus desvarios y fantasías, este, desbocado, se ha lanzado a
tragar más de lo que puede digerir, y al hacerlo, ha descubierto
todas sus lacras, empezando por las que les son propias, las
finanzas,
la última, esta, que aparece en la prensa, o esta
otra, y que se une al cúmulo de
escándalos financieros, acontecidos en un breve periodo de tiempo,
sin que los poderes públicos se hayan atrevido a mover un párpado para investigar lo ocurrido, pero a poco que el observador medio se fije en las páginas de los principales periódicos, accesibles en internet, descubrirá una terrible barahúnda de noticias que confirman la insostenibilidad de una situación, que solo se mantiene ante la falta de propuestas, capaces de aunar el esfuerzo de la ciudadanía para cambiar unos hechos lastimosos, y sin ningún atisbo de solución.
La desfachatez de los mercados, para dictar la política al mundo, ha de ser contestada, de una sola y única manera, que es, que la sociedad empiece a reclamar, para sí, y al hacerlo de este modo, lo reclama, para todos, que los fabulosos poderes del modo de producción de mercancías, se ponga al servicio del conjunto de la sociedad y no al servicio de los capitalistas, ese escaso uno por ciento global, que acumula las riquezas del mundo, en provecho propio, que expropia tierras en África o Sudamérica, que contamina y destruye, que explota y extorsiona a personas y pueblos, y esto comienza por exigir la erradicación de los paraísos fiscales, reclamando, en cada sociedad, el retorno del dinero oculto para dedicarlo a la enseñanza pública, a la investigación científica, en favor de proyectos que faciliten la vida de las sociedades, en favor de la condonación de las deudas y por la adopción de una moneda mundial, porque al hacerlo así, se estarán conmoviendo las bases del sistema, siendo este, el paso determinante para poner en marcha los cambios capaces de dar un giro radical a la historia, y aunque los efectos no se noten de inmediato, porque sin lucha, no será posible, este modo es el único medio para obtener las reivindicaciones particulares, mientras que, si empezamos reclamando las reivindicaciones particulares, entraremos en un modo de confusión, en el que el uno por ciento, ese escaso grupo de expropiadores, precisamente porque son pocos, pueden tomar acuerdos para manejar la situación, mientras que si se lucha por las reivindicaciones comunes, su capacidad de maniobra se verá terriblemente mermada y comprometida, teniendo que ceder reivindicaciones particulares, en un intento de ganar tiempo, por otra parte, perdido, porque no es una clase, es toda la sociedad la que exige un cambio
La desfachatez de los mercados, para dictar la política al mundo, ha de ser contestada, de una sola y única manera, que es, que la sociedad empiece a reclamar, para sí, y al hacerlo de este modo, lo reclama, para todos, que los fabulosos poderes del modo de producción de mercancías, se ponga al servicio del conjunto de la sociedad y no al servicio de los capitalistas, ese escaso uno por ciento global, que acumula las riquezas del mundo, en provecho propio, que expropia tierras en África o Sudamérica, que contamina y destruye, que explota y extorsiona a personas y pueblos, y esto comienza por exigir la erradicación de los paraísos fiscales, reclamando, en cada sociedad, el retorno del dinero oculto para dedicarlo a la enseñanza pública, a la investigación científica, en favor de proyectos que faciliten la vida de las sociedades, en favor de la condonación de las deudas y por la adopción de una moneda mundial, porque al hacerlo así, se estarán conmoviendo las bases del sistema, siendo este, el paso determinante para poner en marcha los cambios capaces de dar un giro radical a la historia, y aunque los efectos no se noten de inmediato, porque sin lucha, no será posible, este modo es el único medio para obtener las reivindicaciones particulares, mientras que, si empezamos reclamando las reivindicaciones particulares, entraremos en un modo de confusión, en el que el uno por ciento, ese escaso grupo de expropiadores, precisamente porque son pocos, pueden tomar acuerdos para manejar la situación, mientras que si se lucha por las reivindicaciones comunes, su capacidad de maniobra se verá terriblemente mermada y comprometida, teniendo que ceder reivindicaciones particulares, en un intento de ganar tiempo, por otra parte, perdido, porque no es una clase, es toda la sociedad la que exige un cambio
jmrmesas
18 de julio de 2012
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